En medio del profundo sonido de las olas, la piangua y los sembríos de arroz, las mujeres de la familia de la maestra Vicky, encontraron en la tradición ancestral de la destilación del viche una vocación para el día a día. La maestra Vicky fue muy feliz en su infancia, recuerda cómo la armonía y el amor entre su familia se mantenían firmes como los mangles en medio de las dificultades que se presentaban de vez en cuando como las nubes de la lluvia. Aprendió sobre la vida viendo a sus padres y de su trabajo duro para asegurar un futuro tranquilo para ella y sus hermanitos.

Desde los diez años ayudaba a hacer viche a su abuela y su madre, ellas fueron las maestras que le enseñaron todos los pasos y secretos para una destilación exquisita. La maestra Vicky estaba presente mientras el aroma dulce de la cocción del guarapo inundaba la ramada de su familia para después aprender desde la práctica el cuidar meticulosamente su proceso de fermentación, memorizando trucos que parecían pequeños pero que influían enormemente en el espíritu del viche.