DIEGO GONZÁLEZ VALDÉS
Nacido y criado entre el sonido del viento cuando choca con las palmas y la ocasional visita de las ballenas jorobadas, su vida ha transcurrido en Guachalito, vereda del corregimiento de Joví, municipio de Nuquí ubicado en Chocó. Desde muy niño generó una fuerte conexión con el océano y la vida marina, que describe como "el otro mundo", cuando bucea se identifica especialmente con el pez Mero por su "personalidad" curiosa; además Don Diego tiene sus raíces bien ancladas a la tierra, ‘el monte’ como le llaman en el Pacífico, donde aprendió a amar el cultivo de la caña y aprendió el arte de destilar viche.
Aprendió a hacer viche en su infancia gracias a Cesar Valdés, su abuelo materno quien vivía en Coquí, Chocó muy cerca de una hermosa quebrada que Diego recuerda con felicidad. Él despertó una atracción casi mística por la preparación del viche, por ello observaba muy atento cómo su abuelo lo destilaba. La pasión fue tanta que cuando decidió independizarse se dedicó a producir viche, lo envasaba en botellas recicladas de ron, aguardiente y whisky.
Así como la casa de su abuelo, su casa está rodeada de diversos tipos de caña de azúcar: caña zamba, caña morada, caña negra; la que impera es la caña amarilla, misma que cosechaba su abuelo. La conexión del maestro Diego con la tierra le permite sentirse pleno cuando ejerce labores como rozar la caña. A unos pasos de su cultivo de caña se encuentra el trapiche matacuatro utilizado por su abuelo, sus padres y ahora está en sus manos.